Calle del Motociclista

Brass, humo y un motor tozudo te lanzan a una carretera steampunk en Biker Street, donde cada metro cuenta. Es un juego de plataformas de desplazamiento lateral sobre equilibrio, impulso y nervios. Tu tarea es simple: avanza lo más lejos posible sin chocar ni quedarte sin gasolina. Lo simple no es fácil. El combustible es vida. Los bidones salpican la pista y mantienen el tanque lleno, mientras las monedas tintinean bajo tus ruedas para mejoras posteriores a la carrera: un motor más potente, un chasis más resistente, llantas adherentes, un tanque más grande. Carrera tras carrera, la calle se vuelve más retadora: balancines, tuberías rotas, cajas rodantes, escaladas difíciles, y la física hace que cada tambaleo importe. Te estrellas, ganas, mejoras, pruebas de nuevo; el próximo viaje va más lejos. La vibra grita steampunk: tornillos de latón, pistones traqueteando, válvulas sibilantes, lámparas brumosas. La carretera no te da tregua. Pero con cada mejora, la moto muerde más fuerte, lleva más combustible y convierte saltos complicados en aterrizajes perfectos, hasta que el final de Biker Street parece estar cerca. Pulsa Start y conduce.