Bajo tierra, la madriguera se retuerce y respira. Eres Papá Conejo, trazando un camino a través de túneles de tierra y cavernas resonantes, buscando a tus conejitos dispersos mientras los muertos se mueven en la oscuridad. Acción primero, corazón en la manga. Las reglas son simples, la presión no lo es. Los conejitos duermen por todo el laberinto; pasa de puntillas y se despertarán para seguirte, un desfile esponjoso que derrite y aterroriza al mismo tiempo. Mantenlos cerca o los zombis se pondrán curiosos. Si te alejas demasiado, los pequeños lloran, convirtiendo los túneles en una campana de cena para cada espectro cercano. Papá Conejo no se echa atrás. Planta tus patas y da ese golpe de zanahoria con rápidos ganchos que revientan cráneos y despejan el camino. Recorre corredores estrechos, da vueltas alrededor de bolsillos secretos, retrocede para recoger a otro durmiente y luego empuja el convoy hacia la seguridad. Un giro equivocado y toda la madriguera estalla; una carrera limpia y eres un héroe con barro en las patas. Cada paso es una elección: despertar ahora o después, luchar o deslizarse, arriesgarse por el túnel largo o el estrecho. La madriguera está viva y tiene memoria. Llévalos a todos a casa o inténtalo de nuevo con una ruta más audaz. Juega ahora y salva a cada uno de los conejitos.