Skibidi en los Backrooms te adentra en luces zumbantes y pasillos amarillos sin fin. El aire vibra. El laberinto se retuerce en tu mente. En algún lugar por ahí, el malvado Skibidi acecha, cazando ruidos, sombras, a ti. Tu tarea es sencilla en teoría: recolecta tantos videocassettes como puedas sin ser descubierto. En la práctica, es una carrera de pánico y un sigilo al mismo tiempo. El mapa es tu línea de vida: observa, planea, gira. Corta esquinas, recuerda los callejones sin salida, apuesta por atajos. Eres más rápido que el eco de tus pasos, hasta que no lo eres. Cada cinta que agarras incrementa la tensión. Los pasos aumentan. Las lámparas parpadean. Crees conocer el camino, y luego un corredor se dobla hacia atrás como en una pesadilla. Muévete con astucia, mantente agachado; la velocidad es el rey, el silencio es la corona. Y los Backrooms no perdonan una mala vuelta. Pulsa Jugar y corre.