Caos en el faro te lanza a una roca azotada por la tormenta, donde el faro ha pasado de ser una esperanza a una trampa. Los sobrevivientes se refugian en un faro que solía cantar de seguridad; ahora resuena con garras en acero. Demonios merodean por el oleaje. Una noche maldita, los no-muertos, atraídos por el haz de luz, inundan las escaleras y secuestran a tus amigos. Tu misión: cruza la isla, rescátalos, guíalos a salvo. Acantilados dentados, muelles empapados, escaleras resbaladizas de sal: cada ruta muerde. Los demonios son implacables, escuchan el crujir de la grava y vienen. Usa la luz o apágala. Calcula tus carreras entre los haces de luz, aleja las manadas con un parpadeo, escabúllete por caminos secundarios cuando el viento ruge lo suficiente como para ocultar tu respiración. Busca restos para convertirlos en herramientas, rompe cadenas, lleva a los débiles y luego improvisa cuando todo se desmorona. El sigilo se convierte en persecuciones de pánico; el rescate silencioso en frenéticas últimas defensas. La isla no perdona. Pero tú, eres terco. Cada paso cuenta. Cada amigo rescatado convierte el faro de prisión a promesa. Sumérgete y sálvalos.