Trepa y supéralo convierte tu ratón en un martillo testarudo y el mapa en una cordillera. Mueve tu martillo con el ratón para agarrar un borde, pivota, lánzate sobre rocas dentadas y luego agárrate por un píxel. Falla, cae, ríe y vuelve a intentarlo. Los diamantes no solo son relucientes; son progreso. Consíguelos para avanzar en el juego y desbloquear el siguiente tramo de miseria y triunfo. Es un ascenso puro de habilidad: tu ritmo, tu arco, tu precisión. A la montaña no le importa, pero a tu terquedad sí. He deslizado durante treinta segundos seguidos y aún sonreí cuando el martillo finalmente agarró. Una herramienta, mil pequeñas victorias. Agarra el martillo y trepa.